CADA ARANDELA ESTÁ HECHA A MANO
Después de dos meses de pruebas por estilistas profesionales, se encontró:
- la comodidad de trabajo del estilista (gracias a la altura adecuada de la almohadilla, el estilista puede realizar la manicura en una posición cómoda, sin "encorvarse", por lo que se reduce el dolor en la columna),
- posición cómoda para el cliente,
- mucho más cómodo que una esponja de manicura clásica,
- fácil de limpiar y desinfectar,
- "mano suelta" del cliente (el cliente, al colocar su mano sobre el cojín de nuestra producción, la sujeta sin apretar, lo que permite evitar la sujeción rígida de los dedos, lo que es un problema para el estilista)
- la posibilidad de colocar una lámpara UV debajo de la almohadilla,
- la amplia distancia entre las piernas garantiza una gran estabilidad,
- aspecto estético que aporta elegancia al salón (decoración perfecta de la oficina).